¿Qué conoces de Cooperativa Virgen de la Oliva?
Si ha llegado a tus manos esta revista es porque, de un modo u otro, conoces nuestra cooperativa. Pero, ¿sabes realmente todo lo que comprende? En el reportaje trazamos las características de una sociedad que ha crecido de la mano de la comarca de las 5 villas y que ha sido un factor importante para su desarrollo.
Hoy somos una sociedad de referencia al ser la segunda cooperativa más importante de Aragón.
La Cooperativa Virgen de la Oliva nace en 1943 con el mismo espíritu que animaba a los primeros cooperativistas: ahorrar en la compra de los productos que necesitaban para adquirirlos en mayores cantidades. De aquellos primeros 80 socios se ha pasado a los más de 2500 actuales y a convertirse en una de las zonas más pujantes de Aragón.



La evolución de Virgen de la Oliva ha sido constante desde sus inicios hasta ahora, cuando ofrece desde semillas propias hasta la recolección y venta de la cosecha, o incluso
su transformación. Para garantizar un resultado óptimo, la cooperativa realiza el seguimiento de los cultivos desde la siembra hasta la comercialización y trabaja para lograr la mejora continua de la calidad de los productos; por ello ha sido un bastón de apoyo para la creación de empresas que invierten en investigación y desarrollo (I+D).
A nivel empresarial, cooperativa Virgen de la Oliva ha asumido la misión de velar por el futuro de las explotaciones de sus socios. Así, trabaja para desarrollar nuevas actividades encaminadas a incrementar el valor añadido de las producciones de los asociados. Por este motivo, y a lo largo de los años, ha adquirido suelo industrial para realizar actuaciones agroindustriales.


Nuestra cooperativa ha pasado de suministrar semillas a nuestros socios y proveerles de mercancías en ferretería durante sus primeros 25 años a convertirse en la empresa
más importante de la Comarca de las 5 Villas. Gracias a la iniciativa de los primeros 80 socios, hoy contamos con más de 2.500 y damos trabajo a 35 familias. Atendiendo a las cifras, cabe destacar que en el último ejercicio hemos facturado entorno a los 45 millones de euros anuales, lo cual nos convierte en la segunda sociedad más importante de Aragón y en cooperativa de referencia en cuanto a aplicación de métodos de investigación y tecnológicos en procesos de trabajo.
Nuestra cooperativa dispone hoy de cuatro centros abiertos en Ejea, Bardenas, Santa Anastasia y el Bayo. También cuenta con dos centros de gasóleo en Rivas y El Sabinar. Además, participa en nueve empresas cuya actividad se centra en otros cultivos como el trigo, pienso, horticultura y comercialización en fresco, además de ser uno de los impulsores del Centro Tecnológico Agropecuario de Ejea.
Además, Virgen de la Oliva, junto con Multicaja, Arento y la cooperativa de Tauste, ha sido pionera en participar en la comercialización de sémola de trigo duro (Sémolas Cinco Villas). Además, y

Durante los últimos tiempos las cooperativas han ganado espacio al sector privado en los procesos de transformación y comercialización. Pero esa ventaja también se ha producido a nivel social, ya que se constata que son fundamentales para el desarrollo rural, consolidando y manteniendo en equilibrio, el territorio y el país. Y el ejemplo también se repite para nuestro caso; el desarrollo de Ejea de los Caballeros y de su comarca en general, ha ido de la mano de la cooperativa durante estos 66 años y, sin duda, ha sido uno de las claves fundamentales para el fomento de su tejido empresarial. Los motivos son varios; la cooperativa ha impulsado la industrialización de los procesos manuales, con lo que ha generado a su vez más industria y empleo. Con ello no sólo ha sido vital para frenar la inmigración, sino que ha contribuido a fijar territorio, permitiendo que los ejeanos puedan quedarse a trabajar y a vivir en la tierra que les vio nacer. A modo de apunte, cabe destacar que muchos de nuestros asociados son actualmente los herederos de aquellos que la iniciaron hace ya seis décadas.

Cooperativa Virgen de la Oliva ha ayudado de este modo a hacer más fuertes los lazos que unen a la población con el territorio, teniendo siempre en cuenta que su objetivo era dar salida a las necesidades del socio agricultor a la vez de la manera más efectiva y económica posible.